“Ella me quería mucho, eso estaba claro. Hablábamos durante horas, reíamos juntos y compartíamos nuestras más profundas confidencias. Yo pensaba que todo iba viento en popa y que pronto seríamos algo más que amigos. Pero entonces, ella me dijo algo que me pilló por sorpresa: no quería tener sexo conmigo.
No voy a mentir, al principio me sentí un poco confundido y herido. ¿Por qué ella me quería pero no quería tener una relación física conmigo? ¿Había hecho algo mal? Empecé a cuestionarme a mí mismo y a buscar respuestas en cada una de nuestras conversaciones. Pero entonces, empecé a pensar en ello de una manera diferente.
En nuestra sociedad, a menudo se asocia el amor con el sexo. Se espera que si dos personas se quieren, automáticamente tengan relaciones físicas. Pero ¿qué pasa cuando no es así? ¿Qué pasa si dos personas se quieren pero no desean tener sexo entre ellas? Eso no significa que su amor sea menos válido o que su relación sea menos importante.
Con el tiempo, entendí que ella simplemente no estaba lista para tener sexo. Ella tenía sus propias razones y estaba en su derecho de decidir lo que era mejor para ella. Y yo tenía que respetar eso. Sí, yo quería tener una relación física con ella, pero eso no significaba que ella también tuviera que querer lo mismo.
Aunque al principio me costó aceptarlo, conforme nuestra amistad seguía creciendo, me di cuenta de que no necesitaba tener sexo con ella para demostrarle mi amor. Podía demostrárselo de muchas otras maneras: escucharla, apoyarla, estar ahí cuando me necesitara. No todo tiene que ser sobre el sexo. El amor es mucho más que eso.
Además, al no tener la presión de tener relaciones sexuales, pudimos fortalecer nuestra amistad de una manera diferente. No nos preocupábamos por complacer al otro, simplemente éramos nosotros mismos y disfrutábamos de la compañía del otro. Nos reíamos más, nos conocíamos mejor y nuestra amistad se hizo más profunda y significativa.
Con el tiempo, me di cuenta de que su decisión no tenía nada que ver conmigo. Ella simplemente no estaba lista para dar ese paso en nuestra relación y eso está bien. Cada persona es diferente y tiene sus propios tiempos y límites. Para mí, lo importante era que ella me quería y que yo la quería a ella. Eso era lo que importaba, no el hecho de no tener relaciones sexuales.
De hecho, nuestra amistad fue una gran lección para mí. Me enseñó que el amor no tiene que ser definido por la sociedad o las expectativas de los demás. Cada persona tiene el derecho de decidir cómo quiere vivir su amor y eso es algo maravilloso. No hay una forma correcta o incorrecta de amar, mientras exista amor verdadero y respeto mutuo.
Hoy en día, nuestra amistad sigue siendo fuerte y significativa. Y aunque sigo sintiendo atracción hacia ella, respeto su decisión y no tengo ninguna expectativa sobre su cuerpo. Simplemente la quiero y eso es suficiente.
Así que si estás en una situación similar, donde alguien te quiere pero no desea tener relaciones sexuales contigo, no dejes que eso afecte tu relación. Respeta la decisión de la otra persona y recuerda que el amor no tiene que ser definido por el sexo. Disfruta de la compañía del otro y deja que vuestra amistad se fortalezca. Al final del día, eso es lo que realmente importa.”